Psicología del arte
(demonio, epilepsia, histeria, psiquis, Belcebú, exorcismo, psiquiatría,
anodino, adalid, stablishment).
En las primeras lecturas que tuvimos como tarea la clase
pasada, pudimos irnos introduciendo al medio de la psicología en el arte, pues
en las alteraciones psíquicas en la historia vemos cómo es que en la Edad
Media, la gente estaba tan fanatizada por la religión católica que todo lo
sucedía a su alrededor y no tenían explicación coherente para tal, era
considerado como demoníaco. Si a esto le agregamos el nulo conocimiento de las
enfermedades mentales en tal época tendremos como resultado las posesiones demoníacas;
que tenían como una cura la exorcismo que era llevada por sacerdotes. Realidad
que a mi punto de parecer vemos tan alejada que es poco creíble, pero a la vez,
tan cercana que sigue siendo increíble. A pesar de que estamos en pleno siglo
XXI, las enfermedades mentales siguen
teniendo un aspecto demoníaco.
Como contra parte de la primera lectura “poseídos por el
demonio”, en “la salud mental en el cine”, vemos este importante y misterioso
papel que juega el psiquiatra, psicólogo en el séptimo ate, la lectura nos
marca como son concebido estos a través del tiempo. En las películas anteriores a los años
cincuenta, vemos al psiquiatra representado como un personaje extravagante y pintoresco,
pisando una línea delgada en la locura, esto debido a que el papel del
psiquiatra en la sociedad tampoco estaba bien establecido, se relacionaba con
cuestiones poco entendibles como a los hipnotistas, neurólogos y psicoanalistas
Ya para principios de los años sesenta cuando se tiene
más clara la idea psicoanalista pasa la figura representativa a cambiar
radicalmente, pues ahora, se tiene el concepto de estos estudiosos de la mente
con un tinte más humanista en algunas ocasiones, también tenemos la visión del
profesional como sabueso de la conducta y el pensamiento con fines policiacos, además encontramos al profesional de la
salud mental convirtiéndose en figuras perniciosas y controladoras y por último
al “psiquiatra enfermo”, cuando la alienación mental misma transforma el
terapeuta.
Papeles que va adoptando el terapeuta como símbolo
representativo en la cinematografía, que no se detiene, es decir, la forma en
que se representa ha ido cambiando y seguirá cambiando, pues el papel que juega
en la vida real el psiquiatra, psicólogo, psicoanalista, etc. De igual forma va
cambiando, incluso conforme a las adquisiciones que esta ciencia va logrando.
Pues el cine, de alguna forma, al igual que demás bellas artes, refleja su
mundo circundante.
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